Las andanzas del Roca

Ay Ay Ay. El tren, el Roca, mejor dicho, la ex línea Roca perteneciente a trenes metropolitanos. Chatarra en desuso de los
japoneses del 70. Acá todavía funcionan, pero no porque sea un país subdesarrollado, sino porque nuestro país es tan pujante que
los tendidos eléctricos de los trenes son tan buenos que todavía funcionan.Mi observación va dirigida a los trenes, los barcos, el autobus mágico, la abuela Haydeé. el trencito de la calle, el subte,
el bondi a finisterre, las papeleras y las botellas de whisky Johny Walker de Texas Ranger (red y black label).Primero para que todos aquellos que no conocen, voy a dar una explicación a cerca de los recorridos que hacen el tren de José
Mármol diesel y cada una hora un eléctrico y el eléctrico de Adrogué. La lógica humana nos hace pensar en un servicio
regular. ¡Qué ilusión! No está ni cerca de la regularidad gente.Bueno, empiezo a contar el recorrido a partir de donde YO empiezo a viajar.Expreso Mármol - Servicio diesel: José Mármol , Témperley y termina en Constitución.
Adrogué - Servicio eléctrico: Adrogué, Témperley, Lomas, Banfield, Escalada, Lanús, Gerli, Avellaneda, Yrigoyen y
Constitución.
Hoy me tomé el diesel de Mármol por primera vez porque me encontré con un amigo que también iba a viajar ahí y milagrosamente
era mucho mejor de lo que me esperaba. Hasta Témperley iba lleno, pero en Témperley bajó el malón y se serenó mucho. No les
digo que viajé sentado, pero viajé bien.Ahora si. Viajar en Adrogué es terrible.Uno dice Mármol y le tiemblas hasta las pelotas, y Adrogué se supone más civilizado, más normal, pero en el tren sabemos que
nada es normal y este caso no es la excepción.Uno inocentemente (por no decir forro incurable y pelotudo), compra el boleto. Bueno, por comprar el puto boleto se me fue un
tren y tuve que esperar al otro. Aunque venía con los minutos contados no me alarmé porque la lógica me indicaba que venía
otro tren enseguida. Saben que me equivoqué, estuve parado ahí cuarenta y cinco minutos puteando. Pasó casi una hora y recién
muuuy a lo lejos se veían sus luces. Cuando finalmente llega me veo a toda la gente pegada apretada contra las puertas y las
ventanillas como los bichos que se pegan en el parabrisas del auto en la ruta.Cuando se abre la puerta se escucha una onomatopeya única, indescriptible, que indica la descompresión pulmonar que sienten
los placenteros viajantes del ferrocarril.Entonces los miles de usuarios que estábamos en el andén intentamos entrar, empujando por acá, empujando por allá, codazo va,
codazo viene hasta conseguir un lugar entre esa masa de carne humana. Yo me acomodo como puedo porque soy flaco pero se
siente que el resto de personas empieza a incomodarse.Llega Témperley, un enjambre de personas que visto de lejos parece una pared negra espera para abordar la formación. Cuando
el tren se detiene se vuelve a escuchar la descompresión humana. Bajan 3 y suben 3 millones de personas más y otra vez se
comprimen para cerrar las puertas y continuar el viaje. Cada vez siento más presión en mi caja pulmonar. Cuando empiezo a
creer que ya no entra más nada, llegamos a Lomas y hay más gente que en Témperley aún. Como antes bajan 2 y suben un
montonazo más. Tal es el aprisionamiento que me ahoga que mi capacidad pulmonar se reduce un 70 %. Después la variación de
pasajeros no es tan notable hasta Lanús o Avellaneda. Y encima pagué el boleto como un reverendo pelotudo. Aunque tengo la
garantía de que nadie me va a robar nada porque la gente está inmóvil porque no tiene lugar para hacer ningún movimiento. Si
te picó un mosquito cagaste porque te agarran todas las pestes de todos esos negros que viajan ahí y encima no te podés rascar. Esa fue la parte linda de la travesía, la parte fea viene a continuación.¿Qué pasa cuando la gente se hacina? Mil respuestas son posibles, pero la que encaja perfectamente en esta parte del relato
es que transpira. ¿Y qué pasa cuando transpira? emana todo tipo de olores con el agravante de días de falta de baño, de
ducha, de jabón, de shampoo.Para no decir que me pasa siempre, digo que me pasa casi siempre. Se me pone algún sujeto desagradable pegado a mi que emana todo tipo de olores que descomponen. Es el caso de un viejo sucio que medía menos que yo, tanto que su cabeza rozaba mi nariz y emanaba un olor desmayante, una experiencia aromática única en la vida de cualquier ser humano normal. Inimaginable. En un intento desesperado por sobrevivir giro mi cabeza para escapar del olor a cabeza de viejo sucio y al lado mío un negro agarrado del pasamano despedía un halo de olor a chivo exagerado, horrible. Entonces vuelvo mi cabeza pero esta vez para el lado contrario y peór que peór, un negro que va medio dormido (parado y todo) con la boca abierta emanando el mejor aliento mañanero con mezcla de choripán y vino, capaz de matar los seis millones de judíos que mataron los Nazis en un único intento. ¡Qué hijo de puta che! Entonces intento ponerme a salvo de los olores y levanto la cabeza y veo un montón de cabezas que se levantan por ahí con cara de "necesito un poco de oxigeno" o con cara de "cuando se acaba este viaje de mierda" y me consuelo sabiendo que no soy yo solo el que se ahoga ahí adentro. El clima también juega un rol importante ya que la humedad, el calor o el frío aún hace brillar esos aromas intensificándolos. Después tenés uno atrás que te va apoyando todo el viaje y no te podés correr, una mierda, viajar en el tren es una mierda. Hoy me salvé del tren, pero no creas que Juan Pesado alguna vez se va a salvar porque me pasó lo mismo que en el tren pero en el subte. Peór ahí porque la gente se vuelve loca cuando escucha el tono de aviso que se va a cerrar la puerta y se desesperan como las hormigas cuando le cortás las antenas.
Por último, los personajes que se ven, son de terror. Solamente en el día de hoy vi, a un travesti horrible, un viejo que tenía la mitad de la cabeza engangrenada, le faltaba la oreja y la mitad de una mano, a otro viejo con un ojo de vidrio mal hecho, lo que tendría que ser blanco en nosotros, en él era todo negro, un loco que daba un speech interminable de los cigarrillos mientras hacías la cola para comprar el viaje en subte, jajaja. Después, otros días he visto una persona que en lugar de brazos, tenía dos pelotas de rugby, también el torso humano que lo único que tiene son los dos brazos y camina son las manos porque no tiene piernas. Es el escenario de lo grotesco.
Que se yo, es una desgracia pero dentro de todo me la tomo con humor, arriba hay una foto que describe un poco el panorama que se vive para viajar desde la zona sur.Espero que hayan disfrutado de la lectura, como siempre espero vuestros comentarios.Si ven que no está bien redactado, es a propósito.