Fragilidad

Todo este tiempo, gracias (y desgracias) a una serie de acontecimientos que han ocurrido en mi vida, me han llevado a una reflexión. Como dice en el título la fragilidad.

¿Qué quiero decir con esto? Hoy estamos, y al rato cruzamos la vía, pelotudeando, nos pisa el tren y en menos de lo que tarda en pasar el ferrocarril ya estamos tocando la lira con San Pedro.

No solo este es el motivo que me lleva a hablar de fragilidad.
Hace unos días salí a pasear al perro y no se por que cosa de la vida de repente tuvo un paro cardio - respiratorio y cayó muerto hasta que mi viejo simuló un masaje cardíaco dándole golpes de puño en la zona del corazón hasta que el animalito milagrosamente reaccionó.

Mi hermano viene de diez días de estar internado. Estaba bárbaro y de un momento a otro se empezaron a desencadenar una sucesión de acontecimientos que terminaron en la internación de mi hermano, casi en coma y totalmente deshidratado por vómitos y demás factores.

Más allá, siento una terrible desesperación y me surgen un millón de interrogantes.

Aunque les suene raro, no concibo la idea de la muerte. Me desespero porque cada día que pasa estoy más cerca de morir y me arranco los pelos pensando que por culpa de la maldita fragilidad puedo dar el gran paso a lo desconocido.

Desaparecer del mundo y luego desaparecer de la memoria. Que feo. Más sin saber que carajo hay más allá de este sucio mundo y escuchando teorías, cosas que dicen que me cuesta entender, de hecho no creo en nada de eso. Son (valga la redundancia) solamente teorías al pedo porque el que tiene la última palabra no la puede decir ya que está enterrado o reducido a cenizas.

Me desespera que los gusanos, mis propios gusanos se coman hasta mis huesos. Insectos que nunca pensé hostiles, bajo este punto de vista, son uno de mis mayores temores.

Pero mientras mi corazón siga vivo, junto con él latirá este temor a la fragilidad principalmente. Esa maldita herramienta que todos tenemos pero a veces nos negamos a ver.